
Al flotar cualquier líquido los astronautas tienen que beber con pajita o cañita. Uno de ellos, Donald Petitt, ha solucionado el problema al crear una taza que acumula el líquido en una estrecha ranura. Basta con succionar en el borde para llevarlo a la boca.
Seguro que el invento lo vemos en cualquier máquina de café de cualquier oficina en breve.
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