domingo, 15 de noviembre de 2009

Animales de granja sin sufrimiento


Parece ser que cuando nos herimos o nos cortamos o nos quemamos en alguna parte de nuestro cuerpo, la autopista-información de esa parte del cuerpo con nuestro cerebro es cuestión de segundos o de décimas de segundos. Conocemos el dolor y los métodos para aliviarlo. Incluso las mutaciones genéticas ayudan a privarnos de esa emoción. Así lo estudió en el 2006 la Universidad de Cambridge cuando quiso saber porque un joven faquir no sentía dolor. Analizaron su ADN y confirmaron que tenía una mutación en su gen SCN9A que le permitía herirse o desangrarse sin darse cuenta.

El filósofo estadounidense Adam Shriver propone a través de un estudio bastante polémico... la modificación genética de los animales de granja para que no puedan sentir dolor.

Su tésis es que, "si vamos a seguir manteniéndolos en condiciones que mermen su bienestar, lo mínimo que podríamos hacer es utilizar los avances en genética y neurología para que no se enteren y, de paso, aliviar nuestra conciencia".

Este tema está conectado con mi propuesta de que debemos volver a los orígenes y tener nuestras propias gallinas ponedoras, nuestros pollos, nuestra vaca y cerdo sin olvidar los peces. Si ya sé que también está quien dice que dejemos de comer carne, leche y huevos pero si la apuesta es en los cereales... estos no se escapan al tema de los transgénicos.

Muy complicado el tema,


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