
Un Domingo, por fin!!, soleado y caluroso en su justa medida. Volví a acompañar a mama con su amiga Victoria al Polideportivo. Nos esperaba una jornada llena de suculentos y sabrosos granos de arroz. La paella era magnífica y toda la logistica del
Ajuntament, su maquinaria estába engrasada. Salió todo estupendo.
Volví a reencontrame con Micoya, que siempre tiene una sonrisa y un abrazo para mi. Me siento muy bien acogida y muy agradecida.
Más tarde un baile nos vino de perlas para desengrasar los michelines.
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