miércoles, 12 de octubre de 2016

The Bridge, versión norteamericana, igual, pero diferente, a la nórdica


No siempre las adaptaciones de series europeas a los EEUU tienen una calidad aceptable. Recientemente hemos visto como Los misterios de Laura (2009-2014) se convertía en The Mysteries of Laura (2016) sin aportar mucho lustre al personaje y, más bien, desluciéndolo. Esto de las adaptaciones es casi una loteria. En la genial serie danesa Borgen (2010-2013) reconocemos una temática similar a la que luego asumió brillantemente House of Cards (2013- ), sin embargo la aceptable Den som dræber (2014) producida en el mismo país se convirtió en la frustrada Those Who Kill (2014). Algunas veces, las adaptaciones culminan en un producto brillante que iguala, e incluso supera al original y en otras en un aborto que jamás debería haberse filmado. Todo esto viene a cuento porque The Bridge es la traslación de la serie sueco-danesa Bron/Broen (2013-2014). Adaptación brillante. 

Puede decirse que se trata de una serie cuyo contenido se ha visto determinado por la fatalidad y los paralelismos geográficos. Una de las obras más difíciles de la ingeniería europea es el puente de Øresund que une el área metropolitana de Copenhague con la ciudad sueca de Malmö, uno de los puentes más largos del mundo con sus casi 8.000 metros de longitud y sus 23 metros de anchura. La frontera entre ambos países se encuentra justamente entre los dos pilares más elevados (de 204 metros de altura). Es ahí en donde arranca la trama de la serie nórdica con el descubrimiento de un cadáver justo en la línea de demarcación entre ambos países. Esto hace que, a partir de ese momento, los protagonistas de la serie sean un rústico policía sueco y una metódica policía danesa.


Pues bien, si cambiamos el puente de Øresund por el puesto de control situado en el mucho menos monumental pero más populoso, Puente de las Américas, sobre el Río Grande, que comunica la ciudad de El Paso (Texas) en EEUU con la siniestra Ciudad Juárez (Chihuahua) en México y, consiguientemente, a un tosco –pero eficiente– policía mexicano (“Marco Ruiz”), con una policía obsesiva-compulsiva norteamericana (“Sonya Cross”) imposibilitada para demostrar sentimientos y entender reacciones emotivas, con una sexualidad, como mínimo, curiosa e inesperada, y, finalmente, si situamos en la misma raya fronteriza a un cuerpo partido en dos mitades, tendremos los elementos esenciales de la serie norteamericana que ha conservado el mismo nombre que la sueco-danesa: The Bridge.

Pero, a partir de estos pilares esenciales, ambas series varían extraordinariamente, especialmente en la segunda temporada. La habilidad de los adaptadores norteamericanos (Meredith Stiehm y Elwod Reid que fueron los artífices de Homeland [2011- ] y de Hawai Five-0 [2010- ], respectivamente) ha consistido precisamente en elegir como temática central problemas realmente existentes en ese espacio geográfico: básicamente, narcotráfico, inmigración ilegal, corrupción administrativa, y feminicidios reiterados que han popularizado el nombre de Ciudad Juárez como emblemático de la violencia contra la mujer (desde mediados de los años 90 se han producido 600 asesinatos de mujeres y 3.000 desapariciones). El combinado que resulta de todos estos elementos es explosivo y absolutamente atrayente. La serie, no sólo logra entretener, sino también mostrarnos la realidad sociológica, cultural y criminológica de esa zona de intercambios entre dos mundos: el Norte anglosajón y el Sur latino. 

Los papeles protagonistas están encarnados por el actor mexicano Demián Bichir y la actriz norteamericana Diane Kruger. El primero es uno de los más conocidos de la escena mexicana, sus apariciones en serie televisivas son cada vez más frecuentes y desde 1989 ha participado en veintisiete películas con papeles de distinta importancia (fue Fiel Castro en Che, el argentino [2008] y en Che: Guerrilla [2008] y asumió la personalidad de Emiliano Zapata en la serie de la televisión mexicana Zapata: rebeldía por amor [2004]). Inicialmente, se curtió en culebrones, pero su creciente popularidad ha hecho que participara en producciones argentinas y bolivianas. En 2012 fue nominado como Mejor Actor en la edición de los Oscars por su interpretación en A Better Life (2011). En lo que se refiere a Diane Kruger, actriz alemana, su rostro apareció por primera vez en The Piano Player (2002) y, a partir de entonces en varias películas europeas (entre ellas Troya [2004] de Wolfgang Petersen en donde asumía el rol de “Helena”. A partir de ese momento se convirtió en un rostro habitual que han merecido varios premios internacionales. Ambos actores, dan profundidad psicológica a sus personajes. Sin duda, el más brillante y dramático es el que asume Bichir. Por su parte, el papel encarnado por la Kruger le exige rigidez facial en el rostro, como síntoma de su problema psicológico: lo que en algunos actores es una característica que empobrece sus interpretaciones, en el papel de “Sonya” es una exigencia. 


Entre los papeles secundarios, por citar solamente al más intenso y desmadrado, el de “Daniel Frye, reportero del Paso Times” (un periodista alcohólico, cocainómano a ratos, pero abnegado y eficiente en otros) es, sin duda, el que deja más huella. Asumido por Matthew Lillard, rostro conocido por su paso en varias series televisivas (Dos hombres y medio [2012], Law & Order [2005] y, especialmente en la serie Scooby-Doo! Mystery Incorporated [2011-2012]); su rostro tiene algo de personaje de cómic, pero el giro dramático que le dio a su interpretación es antológico.
En una serie ambientada en el espacio geográfico en el que se desarrolla ésta, es evidente que los crímenes –especialmente los vinculados al narcotráfico y los feminicidios– aportarán un elemento siniestro ausente en la versión nórdica. Pero no se trata de crímenes exagerados, ni de personajes imaginativos: los narcos reales son todavía más siniestros y crueles que los que aparecen en la serie. Los policías son, como mínimo, igualmente corruptos. Obviamente –es televisión, no es historia– algunas de las situaciones y de los episodios son demasiado increíbles para ser ciertos, pero, en general, la trama es tangible y no peca de excesivamente fantasiosa. 


Para los que hemos visto la versión nórdica, la segunda temporada nos parece mucho más original que la primera en la adaptación norteamericana. Acaso porque ambas son completamente diferentes y, mientras la primera es casi un calco de la original, en la segunda, los caminos divergen y se nota mucho más la influencia del entorno geopolítico en el que se desarrolla la trama. 
La serie tiene calidad argumental, interés, buena fotografía, mejor interpretación, sabe mantener el interés durante las dos temporadas en todos los episodios y es de las que se pueden recomendar con el añadido de “Mira también la versión nórdica, que te gustará”. 
Las dos temporadas han sido producidas por la cadena norteamericana FX y Shine America y se emitieron en Fox Crime. El episodio piloto se filmó casi enteramente en El Paso y el resto de la serie en localizaciones en Los Ángeles y sus inmediaciones. La serie fue bien acogida por la crítica y por el público y se prolongó durante dos temporadas de 13 episodios cada una. En España ha sido emitida por la Fox, de dónde ha saltado a Netflix.

FICHA

Título original: The Bridge
Título en castellano: El puente
Temporadas: 2 (de 13 episodios cada una)
Año: 2013, 2014
Temática: género negro.
Subgénero: drama de frontera.
Actores principales: Diane Kruger, Damián Bichir, Annabeth Gish, Emily Rios, Thomas M. Wright, Matthew Lillard, Ted Levine
Lo mejor: el esfuerzo de adaptación de la serie del Norte de Europa al Río Grande.
Lo peor: que no haya tercera temporada.
Puntuación: 8

¿Cómo verlo?: en castellano a través de Netflix, en versión original a través de eMule y bitTorrent, con subtítulos en http://www.subdivx.com/

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