viernes, 19 de mayo de 2023

La luna se levanta… Kinuyo Tanaka



La luna se levanta… Kinuyo Tanaka (Filmin)


Película: La luna se levanta. Tsuki wa noborinu

Año: 1955

Duración: 102 min.

País: Japón

Dirección: Kinuyo Tanaka

Guion: Yasujirō Ozu, Ryôsuke Saitô

Reparto: Chishu Ryu, Hisako Yamane, Yôko Sugi, Mie Kitahara, Shoji Yasui, Ko Mishima, Shûji Sano, Junji Masuda, Miki Odagiri, Hiroshi Shiomi, Kinuyo Tanaka

Música: Takinori Saito

Fotografía: Shigeyoshi Mine (B&W)

Compañías: Nikkatsu

Género: Comedia. Drama. Romance

Sinopsis: 

Setsuko y su vecino Shoji instigan el romance entre la hermana mayor de ella y un amigo de él. Mokichi, el padre viudo de 3 hijas viven en las instalaciones de un templo desde la guerra. Son tres hijas con hombres emparejados que cada uno de ellos definen las modificaciones en las situaciones sociales. La hija pequeña Setsuko en cuanto formaliza su noviazgo deja de ser la niña espontánea, libre, moderna para poner en marcha con "su compromiso por amor"las obligaciones y deberes que conlleva el matrimonio tradicional.  


My opinion 


Esta película es para mi verdaderamente toda una sorpresa, vista en el reciente estreno en #Filmin . Me ha permitido conocer una directora japonesa muy significativa.


La investigadora Irene González-López, coautora del primer libro publicado en inglés sobre Tanaka Kinuyo (Nación, estrellato y subjetividad femenina, con Michael Smith) ayuda a entender la repercusión que la directora Tanaka tuvo en el cine japonés del siglo pasado. Recomiendo el libro encarecidamente. 



Ademas de este trabajo de investigación, existe en Internet infinidad de estudios muy exhaustivos con profundos análisis de la cinematografía japonesa después de la II Guerra Mundial y la repercusión que tuvo la modernidad en el Japón tradicional. Es innegable la influencia americana, que se puede apreciar en la filmografía de Tanaka Kinuyo, como una fuerza para situar a la mujer japonesa en una posición de poder y libertad, aunque siendo consciente, que es imposible luchar con una cultura milenaria siendo esos momentos de libertad como actos espúreos.  Hay una imagen que para mi es casi una lección de vida. El mercurio se puede dividir en partículas pequeñas con algún utensilio, aunque si las fuerzas a juntarse, se vuelven a unir con la materia primigenia. La imagen es que nada ha sucedido.  


Parece ser que la colaboración ó relación más que profesional de Kinuyo Tanaka con el director japonés Kenji Mizoguchi demostró ser un tándem en el que se inspiraron mutuamente. Precisamente en 1940, Tanaka empezó a trabajar con Kenji Mizoguchi, haciendo una película por año con él durante los siguientes 14 años.


Mientras Tanaka estrenaba la película La luna se levanta en 1955, Mizoguchi  afrontó su última película un año más tarde “La calle de la vergüenza”  (Street of Shame) de 1956, año de su fallecimiento. 


Mizoguchi parece ser que era muy mujeriego, bebedor en bares nocturnos que terminaban en peleas. Y que gracias a los vapores del alcohol, su verborrea se encaminaba a defender la mujer como un ser en que el sufrimiento y los sacrificios le elevaban a la condición de divinidad. Digo, !Vaya forma de ser una divinidad, un perfil muy jodido!.


KinuyoTanaka por el contrario no se ajustaba a los preceptos de la cultura tradicional japonesa. Era moderna, tanto por su fuerte carácter como por su aspecto exterior adoptando moda occidental. Era refinada, incorruptible, oprimida por una sociedad milenaria que llegado un punto le pediría sacrificarse con la muerte o la exclusión social. 


El cine de los años 1950 reflejan el perfil pesimista de la mujer con las limitadas posibilidades de ser esposa sumisa, madre abnegada, hija menospreciada, amante abandonada o prostituta engañada conviviendo en un Japón que oscilaba entre la Tradición y la modernidad. 


Para el Japón imperial de aquellos años, la sociedad sufrió la dolorosa conciencia de la perdida de la guerra, obligándoles a desmilitarizarse y produciendo una progresiva americanización en las costumbres. Logrando un mundo resquebrajado por la dolorosa conciencia de sus límites. 


En fin, recomiendo la película a los fans de la cinematografía japonesa. 


No hay comentarios: