sábado, 8 de octubre de 2016

Dardevil, una de superhéroes superentrenida


Existe un público refractario al cine de superhéroes y, por tanto, quienes no sean habituales de este género, deben salvar un primer rechazo. Si lo superan, verán una serie en dos temporadas y 26 episodios capaz de seducir, incluso, a quienes inicialmente desconfíen de las bondades de este subgénero de ficción. Daredevil se une, pues, al brillante spin off televisivo de Batman que hace de El Pingüino uno de los personajes centrales de la serie Gotham (2014) que va ya por la tercera temporada. Dos series a considerar, a poco que se venzan las reservas iniciales.

Cuando Stan Lee (que aparece en la tercera temporada de Big Bang Theory [2010]) creó el personaje de Darevedil para la Marvel, estaba lejos de pensar que se convertiría en una de las figuras más populares de esta reserva de superhéroes. En realidad, un superhéroe de “tebeo”, alcanza status de miembro de una élite, cuando en reconocimiento público a su popularidad aparece en la gran pantalla. Ocurrió con Supermán, su saga y sus remakes, volvió a ocurrir con Batman y luego siguieron por esta senda más de una docena.
En efecto, con mejor o peor fortuna, personajes como, el increíble Hulk, Thor, el Capitán América, los Guardianes de la Galaxia, los Vengadores, Iron Man, Wonder Woman, los X-Men y tantos otros, alcanzaron protagonismo cinematográfico. Solamente unos pocos de entre ellos se destacaron de este pelotón para que sus uniformes distintivos deslumbraran también a la audiencia televisiva y, particularmente, a los seriéfilos. Todo empezó cuando cuando a la Warner se le ocurrió filmar los 104 episodios de Las aventuras de Superman (1952-1958). Desde entonces, hasta ahora que se anuncia para 2017, el lanzamiento de la serie Freedom Figther: The Ray protagonizada por un superhéroe gay, ha llovido mucho. Daredevil es una de las más afortunadas traslaciones de un superhéroe a la pantalla.


El camino lo abrió Ben Affleck quien encarnó a este personaje por primera vez en Daredevil (2003), recogida por el público con división de opiniones y calificaciones mediocres. Probablemente, ni Affleck era el actor más adecuado para el papel, ni la orientación que se le dio al personaje era la que convenía. Por lo demás, comparada con otras series de superhéroes, el presupuesto con el que contó su director, Steven Johnson, para efectos especiales, fue cicatero. La película, de todas formas, constituyó un éxito comercial, recaudando cien millones de dólares más de lo que costo. Sin embargo, los desacuerdos para producir una segunda parte hicieron que los derechos retornaran a la Marvel. No volveríamos a ver a Daredevil hasta 2015 y en la pequeña pantalla y de la mano de Netflix.

En el mundo de los superhéroes, lo primero que subyace es la pregunta de “¿qué poderes tiene el personaje?” que sigue a aquella otra, clásica, de “¿cómo los obtuvo?” y precede a la de “¿cuál es su personalidad real?” Respuestas: Dareveil es, en realidad, “Matt Murdock”, de profesión abogado. Está provisto de un sexto sentido similar al de los murciélagos (ecolocalización) y tiene hiperdesarrollados cuatro de los cinco sentidos anteriores, porque el  primero de todos, la vista, le fue anulado: Murdock es ciego desde que se vio afectado por el vertido radioactivo de un camión accidentado, potenciando, en compensación sus demás sentidos. Su padre, era boxeador y le había enseñado los rudimentos de este deporte. Una vez cegado, recibe entrenamiento para sobrevivir y luchar contra el crimen por parte de “Stick”, ciego como él y maestro en artes marciales. Cabría formularse una última pregunta clásica “¿quiénes son sus amigos?”. Respuesta: su círculo íntimo está compuesto por la secretaria del bufete y por su socio y mejor amigo.

En cuanto a los malos de la serie, el de la primera temporada, “Wilson Fisk” es antológico. El papel ha sido ocupado por Vincent d’Onofrio, rostro habitual en las pantallas, inolvidable “recluta patoso” en Full Metal Jacket (1987) y “detective Robert Goren” en Lay & Order (2001-2011). Su personaje tiene profundidad psicológica que lo hace diferente a otras mentes criminales. Así mismo, la figura de “Franck Castle”, ex militar que ha perdido a su familia y decide masacrar a la delincuencia neoyorkina, irrumpe en la segunda temporada como contrapartida criminal a la beatífica bondad intrínseca de “Murdock”, pero, al mismo tiempo, sintonizando con su afán de combatir al mal.


En los primeros episodios, Daredevil aparece con un uniforme poco adaptado para su papel de superhéroe, casi un disfraz de carnaval. Será solamente en los últimos episodios de la tercera temporada en donde un sastre muy especial le confeccionará su traje característico, cuernecillos incluidos, en un intranquilizador color rojo-fuego que imprimirá carácter al personaje. Y no crean, es difícil llevar unos cuernos en el casco y hacerlo con dignidad. Toda la trama se desarrolla en el barrio irlandés de Manhattan, el Hell’s Kirchen (la cocina del infierno) que en 1978 inspiró, con ese mismo título, una de las mejores películas del Silvester Stallone juvenil. Un barrio conflictivo, escenario de luchas de bandas, criminalidad organizada, corrupción política y escenario adecuado para superhéroes y supervillanos sin piedad

El protagonista, Daredevil, tiene dos aspectos: su rostro real de abogado cuya ceguera y bastón blanco extensible inspira cierta compasión, frente al de superhéroes hipersensible cuyo bastón se convierte en un arma terriblemente contundente. La vida del primero discurre a la luz del día, entre las calles de Nueva York, entre los juzgados y un despacho miserable con legiones de menesterosos en la sala de espera. Su personalidad como Daredevil, aparece con la noche, entre sombras, vapores, ruido de sirenas y luces de neón. Esta contradicción, luz-sombra, hombre común-superhéroe, bien-mal, es habitual en este tipo de películas. Podemos hablar de un maniqueísmo estético que, en su rústica simplicidad se adapta a las exigencias del tipo de público que ama este subgénero. Sin embargo, en Daredevil los contornos de los personajes no son completamente nítidos: tienen claroscuros y zonas grises que les proporcionan esos matices de profundidad psicológica a la que antes aludíamos y que hacen de esta serie algo digno de verse.


El alma de la serie es Charlie Cox, actor británico con pinta, a la vez, de buenazo y físico contundente que se adapta perfectamente al doble aspecto de su personaje: la fragilidad e indefensión del ciego y el vigor y fortaleza del justiciero cornudo. Nos dejo huella en su interpretación como “Owen Sleater” en Boardwalk Empire (2011-2012) y lo vimos transformado en “Duque de Crowborough” en Downton Abbey (2010), dos series más que notables. En la gran pantalla apareció como actor de reparto en La teoría del todo (2014) y fue protagonista en Encontrarás Dragones (2010). En una serie de superhéroes, cualquier otro actor, salvo el villano de turno, tienen un protagonismo muy secundario pero cabe decir que en Daredevil, sus dos compañeros en el despacho de abogados, interpretados por Deborah Ann Woll (CSI [2008], Lew & Order [2009], y My Name Is Earl [2009], etc) y Elden Henson (El efecto mariposa [2004], entre otras), son actores experimentados que salen airosos de sus personajes. Buena dirección, buen montaje, presentación y carátula antológica.


Puede verse a través de Netflix. La tercera temporada llegará en 2017. Estaremos a la espera.

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