martes, 1 de mayo de 2018

BCN FILM FEST 2018. Roman J. Israel, Esq... de Dan Gilroy




El BCN FILM FEST de Barcelona ha terminado con la proyección de esta película cuyo principal atractivo es estar protagonizada por Denzel Washington  que cumple con creces las expectativas depositadas en él. Nos hubiera gustado mucho su presencia como guinda del pastel de la semana BCN FILM FEST porque estamos convencidos que le hubiera dado una mayor proyección internacional. 

Si debiéramos valorar la película en función de la actuación de su protagonista, merecería, indudablemente, un diez. Lamentablemente, es necesario considerar otros factores que entran en juego y que deslucen algo la cinta. 

La película lleva el nombre del protagonista y éste es un abogado idealista que trabaja para un pequeño bufete de Los Angeles propiedad de un respetado abogado que pronto cae en coma después de sufrir un ataque al corazón. El protagonista, que hasta ese momento, se ha limitado a preparar informes, debe de asumir recursos y apelaciones. El bufete está próximo a la quiebra, y el encargado de suceder al propietario, un ególatra codicioso, liquida el bufete y  ofrece trabajo al protagonista que, finalmente, acepta a regañadientes. Pero no termina de encajar en la empresa, a pesar de lo cual empieza a defender asuntos en los tribunales. Si este es el arranque de la historia, lo que la película nos ofrece a lo largo de sus casi dos horas de duración es un drama judicial clásico que es, como no podía ser de otra manera, una crítica al sistema judicial norteamericano.

El problema de la cinta es el argumento que presenta un despliegue de temas diversos que no logra tratar en profundidad. Aparecen demasiados personajes vinculados a un solo tema y que prolongan su presencia en las escenas más allá de lo necesario. Varias de las escenas son, así mismo, completamente prescindibles. Así mismo, cabría decir que uno de los principales elementos negativos de esta película es que tarda en entrar en materia y, cuando lo hace, queda ya poco metraje para poder desarrollarlo. La película está visiblemente descompensada y hubiera necesitado de un acelerador.

De los dos personajes centrales, Denzel Washington destaca y logra configurar un personaje introvertido, meticuloso, trabajador abnegado en las “máquinas del barco” y entregados a su vocación de defensor idealista de los derechos civiles. Una actuación igualmente impecable es la de Colin Farrell, si bien su actuación es algo más plana.  

Es el segundo largometraje de Dan Gilroy, su director, viene cuatro años después de Nightcrawler (2014) una de esas óperas primas que, extrañamente, dejó a todo el mundo satisfecho y cosechó críticas mayoritariamente positivas. Esta segunda película no tendrá la misma unanimidad.  Su estreno en los EEUU reportó apenas un poco más de la mitad de la inversión y la esperanza de la productora es que el mercado europeo transforme los números rojos en negros.
No es, desde luego, una película inolvidable. Puede verse porque su realización es pulcra y las actuaciones satisfarán a los seguidores de Denzel Washington y Colin Farrell, así como a los fanáticos de las películas de abogados, pero “falta algo”. Y ese algo es lo que separa a un película correcta de otra inolvidable y genial..

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