sábado, 24 de noviembre de 2018

The Guilty... de Gustav Möller



Hay películas que sorprenden por su sencillez y por su misma estructura, más próxima al teatro que a la pantalla. Tal es el caso de The Guilty, película danesa de la que lo menos que puede decirse es que es diferente a cualquier otra. La originalidad es relativa porque hemos visto algunas películas con un desarrollo paralelo (Buried [2010] de Rodrigo Cortés, o Locke [2013] de Steven Knigth), pero el impacto que causa en el espectador es inolvidable: lo difícil en el cine es evitar que quienes están sentados en la sala de proyecciones adopten una postura completamente pasiva y esperen que lo que entra por sus ojos sea suficientemente ilustrativo como para evitarles cualquier esfuerzo suplementario. El director de The Guilty ha operado a la manera inversa, exigiendo al espectador que ponga algo de su parte y que, emplee continuamente su imaginación para intuir lo que está ocurriendo. Así pues, a lo largo de los 85 minutos que dura el metraje, el espectador estará obligado a mantener la atención e interpretar las sugerencias que el director le pone como cebo para su imaginación.

Imaginemos la escena: cuatro paredes, un call center, “Asger Holm” (Jakob Cedergren) un policía sancionado recibe las llamadas en las que se requiere la intervención policial o algún consejo ante una situación imprevista. Hay llamadas de todo tipo. El policía, resignado, les aconseja como mejor sabe y puede, muchos de los casos se pueden resolver fácilmente o, simplemente, son situaciones irrelevantes que no exigen intervención ni presencia policial. Pero hay una llamada que le sorprende: la de una mujer que parece haber sido secuestrada; no se trata de una broma, la mujer está, literalmente, aterrada y no cabe la menor duda de su autenticidad. El policía quiere ayudarla: para ello cuenta con los recursos propios de la policía y con la capacidad para localizar la llamada, así mismo envía una patrulla a la vivienda de la mujer en la que, al parecer viven sus hijos…

Lo que vamos a ver a lo largo de los 85 minutos es, en tiempo real, todo el incidente en el cual, una vez más, nada es lo que parece y el compromiso del agente sancionado con la mujer tomará un sesgo inesperado. Mediante ese compromiso, el agente “Holm” intenta redimirse de pasadas culpas. Decir algo más sobre el guión supondría desvelar los giros más dramáticos y sorprendentes de la cinta.

Los recursos cinematográficos utilizados por el director, Gustav Möller, son dos: tomas largas y, el más esencial, el sonido. El espectador no ve lo que está sucediendo al otro lado del teléfono: tan solo cuenta como información con los sonidos que el propio policía va oyendo a través del auricular y con la expresión del policía. Algunas de las tomas sostenidas durante casi media hora (o quizás algo más). Puede entenderse porque, al principio, decíamos que hay algo de estructura teatral en esta cinta y, por lo mismo, puede entenderse lo arriesgado que es trasladar el planteamiento a la pantalla. Para los más mayores que crecieron oyendo la radio, cuando la televisión todavía no había invadido los hogares, esta producción les recordará a aquellas escenificaciones de novelas que hacían algunas emisoras de radio. Bastaba un sonido simulado para que la imaginación del oyente trabajara y reconstruyera por sí mismo las escenas. Aquí ocurre otro tanto. 

Pero esta película hubiera resultado muy diferente sin el concurso del protagonista, Jacob Cedergren, muy conocido en el mundo nórdico y que, además, ha participado en producciones inglesas, francesas, canadienses. Su gestualidad, su dominio de la expresividad y de la voz, hacen que la película fuera imposible sin el recurso a sus habilidades. Se trata de un actor experimentado que ha realizado una inmersión total en el personaje. 

En cuando al director, Gustav Möller, se trata de su ópera prima, su primer largometraje, si bien antes había rodado algún corto que no ha llegado a nuestro país. Möller ha ejercido también como co-guionista y el éxito ha acompañado a la producción. Por el momento, en el pasado Festival de Cine de Valladolid ha obtenido el premio al “mejor guión”, mientras que en el Festival de Cine Europeo ha sido nominada para los premios de “mejor actor”, “mejor guión” y en el Festival de Sundance ha obtenido el Premio del Público. Y estamos persuadidos de que, a la vista de la calidad de la cinta, no se detendrá aquí esta racha.

Una película sorprendente a la que, en lugar de añadir el calificativo de “claustrofónica” (con sus connotaciones negativas), podríamos decir que es exigente con el espectador: le sugiere imágenes que el espectador debe crear en su imaginación. Y nos parece bien que el cine requiera la complicidad y la atención del espectador.

La interpretación del actor  Jakob Cedergren carga con el desasosegante thriller "The Guilty"

Otro dato importante es que la tensión nos lleva a responder como humanos para estar dispuestos a juzgar según a los clichés.

Otro dato importante es el terror que se vive a cada instante que se corta la llamada de un teléfono o de un móvil. El terror a descolgar y el terror al oír el buzón de voz.

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