martes, 7 de septiembre de 2021

El Sospechoso número 12 del director Ko Myoung-sung


El sospechoso número 12 (The 12th Suspect) Película con un formato de thriller, ópera primera del coreano Ko Myoung-sung que ejerce como guionista y director.  

En sus 106 minutos de duración, la trama nos sitúa en la Corea del Sur de los años 50. Estamos en el interior del Café Oriental, un establecimiento que ha sobrevivido a la Guerra de Corea, frecuentado por artistas, escritores y poetas. 

Un día llega un inspector de la policía militar que afirma que uno de los clientes habituales ha sido asesinado y que todos ellos son sospechosos del crimen. 

La película se puede dividir en dos partes bastante diferenciadas. Tiene una puesta en escena totalmente teatral. La realización del trabajo de las cámaras y la edición del montaje nos permite conocer a todos los clientes y personajes presentes en el café, ofreciendo un dinamismo muy ágil.

Todos los personajes, por muy ingenuos que parezcan, ocultan secretos y cicatrices albergadas en su interior. Poco a poco iremos conociendo sus problemáticas. 

La puesta en escena con la llegada del policía, base de toda novela de Agatha Christie, dará lugar a que, a lo largo de los interrogatorios y de las deducciones, la percepción inicial que el espectador tiene de los personajes y del propio policía, vaya cambiando a medida que avanza la película, especialmente en la segunda parte. Parece que todos son sospechosos del crimen porque todos ocultan información muy comprometida y alejada de un posible crimen pasional. Incluso el policía tiene algo que ocultar.

En la segunda parte de la tan larga película, es así como se percibe, los implacables interrogatorios se transforman en un acoso salvaje y violento dónde la obsesión por los comunistas pone de manifiesto que la posguerra en la Corea del Sur de 1953 no fue nada fácil para sus ciudadanos. 

El Café Oriental está presentado como un establecimiento que sobrevivió a ese periodo sirviendo desayunos a los militares invasores del Norte de Corea. O luchabas contra ellos o te volvías un colaboracionista forzado para no ser detenido o perder la vida. 

La inestabilidad social y política siguió existiendo hasta alcanzar su punto álgido con el golpe de estado pocos años después del dictador Park Chung-hee. No se habla explícitamente en la película de todo esto, pero está presente en la conducta y en el trasfondo de los personajes. 

Así pues, la película que, inicialmente, es un thriller, a la mitad, se transforma en una cinta más polémica y de carácter político que nos remite casi a la época del macarthysmo en EEUU. Ambas mitades están interconectadas, pero a veces parecen disociadas como si formasen parte de dos películas distintas. Sin llegar a desconectar del todo, el giro descoloca un poco al espectador. La pulcra narrativa de Ko Myoung-sung se vuelve aquí más arisca y con tendencia al exceso melodramático, tanto en la representación de la violencia como en el tono interpretativo de algunos actores. 

La pregunta es ¿Era necesario este giro? Para el director, seguramente, para muchos espectadores, no tanto.

El sospechoso número 12 es una película que utiliza el género policíaco para reflexionar con severidad sobre la posguerra que vivió el país. 

Esa severidad se manifiesta también en el análisis de la ética de cada uno de los personajes, convirtiendo al Café Oriental en un muestrario de actitudes que sacan a relucir las debilidades y contradicciones del ser humano. 

La idea me parece brillante, pero la ejecución de la segunda mitad está mal engrasada. En algunos momentos el exagerado alegato anticomunista se vuelve delirante, exagerado y melodramático. 

Aún así, es una película entretenida que logra una atmósfera pulcra, misteriosa y violenta.

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Tiene un formato teatral igual que me ha hecho recordar la genial película de 2020 La madre del Blues (Ma Rainey's Black Bottom)


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