sábado, 4 de mayo de 2019

BCN FILM FEST 2019. Buñuel en el Laberinto de las Tortugas... de Salvador Simó Busom



Película original de animación que explica cómo se rodó el famoso documental Las Hurdes, tierra sin pan por parte de Luis Buñuel en el año 1933. El guion de la película está extraído del cómic de Fermín Solís del mismo título, publicado en 2008 por Astiberri Ediciones. Pretende ser un retrato crítico sobre la psicología del director. Pero la sensación es que se ha quedado en un fresco excesivamente simplista, cómodo y poco profundo.

De hecho, sorprende que ahora, en 2019, aparezca una película sobre los primeros pasos de Buñuel. No se trata de un director conocido por las generaciones que tienen menos de 50 años. Así pues, el primer problema de esta película es dirimir si tiene o no público, más allá de unos cuantos cientos de aficionados interesados por la historia del cine español. Quizás el gran mérito de esta película ha consistido en aproximarnos a la figura del Buñuel joven.

En aquella época, Buñuel era un cineasta marcado por su colaboración con Dalí en dos cintas previas que inauguraron el “cine surrealista”, Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930). En la primera la simbiosis entre ambos es perfecta, mientras que en el curso de la producción de la segunda surgieron discrepancias entre ambos. La situación se agravó cuando un comando de Camelots du Roi, grupo monárquico, asaltó el cine en el que se proyectaba la película y, al desastre comercial, se unió el miedo de los exhibidores a proyector películas surrealistas a la vista del destrozo ocasionado. Así pues, Buñuel se encontraba en 1931, sin dinero y con la convicción de que debía rectificar la vía emprendida. Y entonces, entró en juego el azar. 

Uno de sus amigos. Ramón Acín, le prometió que, si le tocaba la lotería, financiaría su próxima película. Y, por increíble que pueda parecer, le tocó la lotería.  Entonces Buñuel se reinventó como documentalista social. El resultado fue las Hurdes, tierra sin pan. A pesar de haberse desvinculado del surrealismo, Buñuel no había renunciado a la posibilidad de provocar a los espectadores. Y lo logra. Aún hoy el documental está sometido a críticas y revisiones: Buñuel alteró en algunos momentos la realidad, para lograr efectos más dramáticos. Al parecer, Buñuel se inspiró en un libro escrito por Maurice Legendre en 1927 para descubrir unas Hurdes atrasadas, endogámicas, casi salvajes y, desde luego, miserables. 

Lo cierto es que hubo bastante más de ficción de lo que el género “documental” hubiera permitido. Las orientaciones de Acín y de Buñuel no eran las mismas: el primero quería realizar lo que hoy se llamaría un “film solidario”, Buñuel, psicológicamente todavía sometido a la influencia surrealista, pretendía liberar algunos de sus fantasmas interiores. Y de esto, justamente, va la película que intenta dirimir la cuestión de si es lícito y está justificado manipular la realidad…

Hay que decir que el cómic de Fermín Solís es de una gran brillantez narrativa pero acompañado por un dibujo tosco. Salvador Simó, director de la cinta, ha conservado del cómic  ha sido el guion. La animación responde, en cambio, a los estándares actuales de ese género cinematográfico. Simó, en los últimos diez años, ha filmado cuatro cintas de animación: Las aventuras de Max (serie de tv, 2010) que tuvo una continuación el año siguiente en Max Adventures y Tikis y Mikis (2012) serie on-line de ocho episodios. Así pues, tiene suficiente experiencia técnica para salir airoso del trance por mucho que algunos aspectos no estén todo lo claros y bien desarrollados que deberían.

La película, sin duda, llamará la atención a los amantes de la historia del cine español y, por supuesto a quienes aprecian y consideran la obra de Buñuel, en especial de sus primeros trabajos post-surrealistas. 

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