jueves, 29 de septiembre de 2022

Crimes of the Future. Crímenes del Futuro... David Cronenberg

 


Película: Crímenes del Futuro. Crimes of the Future

Año: 2022

Duración: 107 min.

País: Canadá

Dirección: David Cronenberg

Guion: David Cronenberg

Música: Howard Shore

Fotografía: Douglas Koch

Reparto

Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Scott Speedman, Welket Bungué, Don McKellar, Lihi Kornowski, Tanaya Beatty, Nadia Litz, Yorgos Karamihos, Yorgos Pirpassopoulos, Denise Capezza, Ephie Kantza, Jason Bitter

Productora

Coproducción Canadá-Grecia-Reino Unido-Francia; Serendipity Point Films, Argonauts Productions S.A, Ingenious Media, Téléfilm Canada, Bell Media, Canadian Broadcasting Corporation (CBC), Ekome, The Harold Greenberg Fund

Distribuidora: VerCine, Metropolitan Filmexport, Vertigo Film.

Género: Ciencia ficción. Fantástico. Terror



INTRODUCCION

Pirados hay en todas las épocas. Y en el futuro parece que habrá más. Hoy se cree que en 10 años el número de ciudadanos que precisará asistencia psiquiátrica alcanzará el 40% del total. Esta película nos introduce en ese mundo en el que algo se ha vuelto loco. La locura y todo lo que la acompaña formará parte de nuestra “nueva normalidad”. Tal es la tesis de esta última película de David Cronenberg que merece un comentario por lo que tiene de profética, pero también de denuncia. 

En realidad, hoy estamos asistiendo ya! a esta mutación social. Nada de lo que guioniza Cronenberg es inhabitual después de la pandemia.

A efectos narrativos, el director proyecta las tendencias sociales actuales dentro de un futuro, donde esas tendencias se presentan como muy extremas, como muy radicalizadas. Pero, no nos engañemos: son las que hoy están ya naciendo en todo el mundo.


SINOPSIS CON SPOLIERS

La película nos situa en un mundo decadente, distópico y perverso, pero esto no parece preocupar mucho a los protagonistas, “Saul Tenser” y “Caprice” que han sabido adaptarse a los nuevos negocios de la época. “Tenser” es un artista: realiza performances corporales. Él tiene la capacidad de generar por sí mismo órganos absolutamente inservibles pero que son presentados como “obras de arte”. A esto se le llama “síndrome de evolución acelerada” que afecta solamente a algunos individuos. Frente a su público, “Tenser” hace que le extraigan esos órganos. 

Mientras tanto se ha producido un grave incidente: una madre ha matado a su hijo, ya que le es insoportable verle comer plásticos. El niño había desarrollado un sistema digestivo que transformaba cualquier plástico en comestible. 

La solución definitiva para el problema de los residuos plásticos: que el usuario se coma su propia basura plástica. Detrás de este episodio se encuentra una sociedad secreta que aspira a que todos los humanos tengamos esta capacidad de procesar los plásticos y cualquier otra que pueda ser evidencia de una aceleración de la evolución humana.

Lo sorprendente es que las “performances” de “Tenser” y de su esposa Caprice (diseñadora y cirujana que le extrae los órganos inútiles generados por su marido), cada vez que él genera un órgano o ella se tatúa escarificaciones corporales, parecen experimentar algo parecido a un orgasmo. De hecho, los espectáculos que realiza la pareja son admirados por voyeurs. 

Hay un trasfondo sexual en todo esto. Incluso la cama sobre la que duerme “Tenser” tiene forma de útero materno, un software especial le sirve para obtener nutrientes y fármacos y un hardware detecta el crecimiento y la forma de los nuevos órganos producidos. En un momento dado, uno de los personajes pronuncia la frase clave: “la cirugía es el nuevo sexo”. Y así parece porque las “performances” de “Tenser” interesan en la sociedad acomodada y logra que las entradas estén agotadas mucho antes de producirse el espectáculo de la extracción del órgano.

Un destartalado Registro Nacional de Órganos, intenta realizar un censo y controlar este tipo de mutaciones. Dos burócratas “Wippet”  y “Timlin” muestran un interés particular por “Tenser”. Hay que decir que estos “órganos”, en realidad, son formaciones cancerígenas, multiplicación de células independientes de cualquier otro órgano. 

A la vista de que las “performances” y el asunto del asesinato del niño que comía plástico, han generado inquietud social, Tenser piensa en dar el golpe definitivo y realizar una actuación más rompedora y espectacular. 

Tal es el eje central de la película.

MI OPINIÓN SOBRE LA PELÍCULA

El ambiente en el que se desarrollan todas las escenas es, simplemente, desolador: las habitaciones, los escenarios, la oficina del Registro Nacional de Órganos, son siempre sórdidas, abandonadas y en estado ruinoso. No hay excesiva originalidad en esto. Cronenberg ha recuperado la estética de los relatos cyber-punk (máximo desarrollo tecnológico en medio de escenarios decrépitos y miserables). Hay progreso técnico, pero la sociedad parece haberse desplomado interiormente, cualquier sensación de orden, de estabilidad, de normalidad, de ecologismo, se ha perdido. Nada es verde, sano, puro, transparente. Todo es oscuro, los desconchados en las paredes sustituyen a cuadros y ventanas, las humedades a la luz del sol. 

La primera sensación que se siente al ver aparecer en escena Viggo Tortensen es que algo no termina de encajar: por algún motivo no explicado, va vestido permanentemente con un hábito negro, modelo ninja o, también, estilo franciscano medieval, con capucha y todo. Tengo unas risas por acordarme del inolvidable “Igor” de El Jovencito Frankenstein de Mel Brooks. Es el aspecto más infumable de la cinta.

Sigamos con los elementos poco afortunados de una película afortunada. Otro de los elementos involuntariamente caricaturescos es la silla en la que se sienta “Tenser”, que recuerda los mobiliarios diseñados por Gaudí, huesos articulados, columnas vertebrales para apoyarse y masajear la espalda. Mobiliario de ñiguiñogui poco meditado.

Por último, el manejo de los bisturíes se realiza mediante una especie de acordeón que recuerda esos juguetes infantiles que hemos regalado a nuestros hijos. 

Así pues, el responsable del vestuario y de estos efectos merece tanto un suspenso como una colleja.

Ahora vamos a los aspectos positivos.  

Personalmente considero que Cronenberg ha acertado a la hora de denunciar una serie de derivas que en este momento ya están presentes en la sociedad o proyectando su sombra transhumanista sobre nosotros. 

Cronenberg denuncia que la sociedad está perdiendo el sentido de la sexualidad normal. 

Será por las infinidad de posibilidades de sexo en Internet que el ser humano ha perdido la capacidad de concebir y experimentar relaciones sexuales y se sumerge en un sexo cada vez más virtual, sin contactos físicos (para no tener problemas). De ahí la apuesta por el Metaverso. El cual espera ofrecer a sus abonados un sexo virtual  y sentir las relaciones a través de distintas tecnologías, multiplicando los ingresos de Silicon Valley. 

La sexualidad, en el mundo que denuncia Cronenberg, se reduce a un placer masoquista en hacerse cortes y escarificaciones (tatuajes habituales en África). Como si todo ello fueran “los nuevos vicios”, una nueva droga. En las esquinas de las calles, los jóvenes se van realizando cortes como la cosa más natural del mundo. Y la propia “Caprice”, la esposa del protagonista, juzga, en un momento dado, que debe lucir estas marcas en su propia frente, deformando su rostro.

Así mismo, las operaciones de cirugía estética quedan implícitamente denunciadas en esta película. La locura de esta moda radica en que nadie, en su sano juicio, debería entrar en un quirófano para “mejorar su look”. Sin embargo, otro de los “performers” que actúan en la película ha logrado implantarse decenas de orejas en todo el cuerpo por el simple placer de sorprender al público “voyeur” que acude a ver sus danzas. Se entiende entonces la frase que ha hemos citado: “la cirugía es el nuevo sexo”.

El personaje más cuerdo que aparece a lo largo de los 107 minutos de metraje es la madre que, en la introducción, asesina a su hijo. En efecto, abomina de las mutaciones que ha sufrido su hijo, a causa de la pertenencia de su padre a la secta que quiere acelerar la evolución de la humanidad. La madre deplora ver a su hijo comer continuamente plásticos, expulsando una baba blanca. Esto, en sí mismo, resulta quizás lo más descorazonador de la cinta: el personaje que reacciona con repugnancia natural a todas estas prácticas es, a fin de cuentas, la asesina de su hijo. 

Cronenberg en esta cinta está denunciando, además de la cirugía estética, de los tatuajes, de la estupidez de los “performers” y de la miseria sexual de nuestra época, el movimiento y las ideas transhumanistas muy habituales entre los más sofisticados de Hollywood. 

Parten de la base de que la evolución no ha terminado y que es necesario realizar una síntesis entre el ser humano y la máquina y que eso es posible hoy, “acelerando la evolución” mediante las nuevas tecnologías: ingeniería genética, nanotecnología, inteligencia artificial, criogenia, etc. No en vano, alguien ha dicho que el transhumanismo es y será la ideología más potente y peligrosa para la sociedad.  


CÓMO VEO A LOS ACTORES

La película está sostenida por estos tres actores que Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart que defienden muy bien sus personajes, incluso me gustó el trabajo de Kristen Stewart, que para nada es mi actriz favorita. 


RECOMENDARLA POR…

Es verdad que en Mayo y durante el Festival de Cannes 2022 la gente abandonó la sala de proyección. Hubo tantas deserciones como minutos de aplausos. No es de extrañar dada la obsesión que David Cronenberg tiene por el cuerpo humano, la sexualidad y las vísceras.

Después de dos años de Pandemia mundial. Recomiendo esta película porque Cronenberg ha sido para mí, el contacuentos de terror, providencial de este presente. Es como si hubiera utilizado un Espejo.  

Donde el no poder tocarse por miedo al Covid-19, el no tener relaciones sexuales seguras si no era con mascarilla, alcohol, condón y guantes, las personas han preferido tatuarse la piel hasta el infinito y más allá. Llegando a un verano donde este paradigma del dolor masoquista del placer, se ha hecho presente en miles y miles de cuerpos humanos.

Y eso que ya estamos en el Otoño de 2022. 

No hay comentarios: